¿Cómo le hacemos para que los millennials puedan hacerse de una vivienda cuya localización les favorezca por su estratégica localización en la ciudad o en su caso, que sus terrenos de inversión sí suban de valor por que las condiciones urbanísticas fueron favorables para el buen desarrollo de Mérida y su zona metropolitana?

Hay que analizar cuál es la política de vivienda y los impactos que la actual oferta inmobiliaria tienen en dos sentidos: primero con respecto a cubrir las necesidades de vivienda de los millennianls y, en segundo lugar, cuál es la configuración urbana que se está fomentando y cómo afecta en la calidad de vida y eficiencia urbanística.

En México de acuerdo con la Encuesta Intercensal (EI) del 2015, contábamos con 30.6 millones de habitantes en el rango de 15 a 29 años. Por lo que el 25.7% de la población en México es millennial, es decir, son personas nacidas entre 1980 y 1995[1]. Según datos del INEGI, “51% de los millennials mexicanos ocupados gana hasta 7,952 pesos al mes y sólo el 4% percibe más de 13,254 pesos mensuales”[2]. Para el 2030, esta población estará en el rango de los 35 y 50 años, la edad en la que uno ya se hizo de un patrimonio familiar. Y para el 2040 esta población tendrá entre los 45 y 60 años, en donde muchos de los cuales pensando en cómo sobrellevar sus gastos familiares con respecto a la localización de la vivienda y el trabajo.

Hoy en día se necesita darle una nueva lectura a la oferta laboral, para determinar quiénes y cuántos pueden hacerse de un crédito del INFONAVIT para adquirir una vivienda y sobre todo que éste bien inmueble se encuentre bien localizado en la ciudad, para minimizar los tiempos y costos de traslado diario al trabajo y otras actividades, conforme y lo establece la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano (2016).

En virtud de lo anterior, hay que analizar cuál es la política de vivienda para esta población y los impactos que la actual oferta inmobiliaria tienen en dos sentidos: primero con respecto a cubrir las necesidades de vivienda de los milennianls y, en segundo lugar, cuál es la configuración urbana que se está fomentando y cómo afecta en la calidad de vida y eficiencia urbanística.

Con respecto al primer punto, tenemos que las nuevas condiciones laborales y la situación económica mundial pone en una situación compleja a los millennianls para hacerse de un patrimonio familiar, por lo tanto, habría que establecer relaciones entre la política de vivienda y el mercado laboral para tener una idea de lo que hemos avanzado desde 1972, cuando se creó el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT). Ya que, en aquel entonces, aunque no había una política de suelo ni de planeación urbana, sí había al menos un compromiso del Estado por garantizarle a los trabajadores una vivienda a través de la coordinación con el sector empresarial.

¿Cómo vivirán los millennianls en Mérida para el 2030 y 2040? ¿cuáles serán las estratégicas de movilidad en aquellas zonas donde se están ofertando terrenos de inversión en la periferia?

Sin embargo, hoy en día se necesita darle una nueva lectura a la oferta laboral, para determinar quiénes y cuántos pueden hacerse de un crédito del INFONAVIT para adquirir una vivienda y sobre todo que éste bien inmueble se encuentre bien localizado en la ciudad, para minimizar los tiempos y costos de traslado diario al trabajo y otras actividades, conforme y lo establece la Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano (2016).

Como contrapeso a esta situación, la oferta inmobiliaria ofrece a los millennials hacerse de terrenos de inversión en la periferia de Mérida y su zona metropolitana, porque ante la incertidumbre de contar con un trabajo permanente y bien remunerado, así como por el comportamiento variable de la economía global, resulta que comprar tierra es el negocio más rentable y prometedor. Esta premisa pone como primer beneficiario al propietario de la tierra, quien compra barato para que después gane valor, la llamada plusvalía la cual se construye con el esfuerzo de todos, incluso hasta de los que no compran tierra pero que sí pagan predial, debido a que con este recurso se les da mantenimiento a vialidades y se ofrecen los servicios públicos municipales.

¿Cuáles son las estrategias de movilidad en Mérida para mejorar la calidad de vida?

De manera que tenemos a un sector importante de la población que hoy en día pueden encontrar atractivo comprar un terreno de inversión, en breña y a muy bajo costo, con la promesa de que algún día en el futuro, tendrá un valor mayor, siempre y cuando las condiciones urbanísticas le favorezcan. Entonces habría que responder sobre cuáles son las estrategias de planificación urbana, para articular acciones de movilidad junto con la dotación de servicios y equipamientos, para que los propietarios de todos esos terrenos de inversión, no se conviertan en un obstáculo para la eficiencia urbana, y para que finalmente suceda lo que se quiere en un principio: que los millennials puedan hacerse de una vivienda cuya localización les favorezca por su estratégica localización en la ciudad o en su caso, que sus terrenos de inversión sí suban de valor por que las condiciones urbanísticas fueron favorables para el buen desarrollo de Mérida y su zona metropolitana, y entonces así todos salgamos beneficiados.

 

[1] https://www.mejoresempleos.com.mx/toma_nota/25-de-la-poblacion-del-pais-es-millennial/

[2] https://www.forbes.com.mx/sueldos-de-8-mil-y-rentas-de-15-mil-la-realidad-de-muchos-millennials/

Publicado originalmente en prensa local impresa Por Esto! 30 de septiembre de 2019