¿Cómo se repara el daño ambiental que nos deja un árbol talado?
Por cada una de las inversiones inmobiliarias que se autorizan en Mérida, ya sean edificaciones verticales dentro de Mérida o grandes extensiones en la periferia, ¿cuántos árboles ganamos? Asimismo, habría que valorar desde esta misma perspectiva cuál es el beneficio ambiental que se obtiene cuando tales desarrollos inmobiliarios construyen estacionamientos subterráneos hasta de dos niveles en casi la totalidad de su área, ya que con tal determinación se descarta la posibilidad de tener arbolado urbano. De lo contrario, habría que responder sobre cuál sería el riesgo para los habitantes de Mérida, contar con grandes extensiones urbanizadas, impermeables y sin posibilidad ser arborizadas, pero con mucho espacio para que los autos circulen. Las altas temperaturas y la temporada de huracanes ponen en jaque a la ciudad, entre sus árboles viejos y la periferia que se expande, habría que repensar y reevaluar qué entendemos y qué aspiramos para Mérida, como una ciudad sustentable.
La vegetación adquiere una relevancia trascendental hoy día tanto en ambientes urbanos como rurales. Sin embargo, el impacto que se tiene en la ciudad es cada vez más significativo toda vez de que hablamos de dos grandes escenarios, lo que ocurre en el espacio público como lo pueden ser en los camellones, las aceras y los parques y plazas, y de manera simultánea lo que se autoriza en la propiedad privada como son los grandes desarrollos inmobiliarios en propiedad de régimen de condominio que pueden ser desde edificaciones verticales para uso habitacional o mixto, pasando por los grandes complejos comerciales y de servicios, hasta los de uso habitacional que cubren una gran cantidad hectáreas, que precisamente por su naturaleza jurídica, no tienen la obligatoriedad de donar áreas verdes para que se incorporen al patrimonio municipal.
Por lo tanto, la ciudad de Mérida debería de hacer un balance urbano-ambiental desde la perspectiva jurídica, para poder determinar con certeza hasta qué punto los instrumentos normativos como las Leyes Estatales sobre los Desarrollos Inmobiliarios (2010) y el Régimen de Propiedad en Condominio (2014) son consistentes y coherentes con lo establecido en el Reglamento para la Protección y Conservación del Arbolado Urbano de Mérida (08-06-2016) y en la Ley de Conservación y Desarrollo del Arbolado Urbano del Estado de Yucatán (10-05-2017). Ya que en el Artículo 6 de esta última Ley se establece lo siguiente: “Es obligación de los propietarios, arrendatarios y poseedores a cualquier título de inmuebles urbanos, conservar y mantener en buen estado los árboles ubicados en los mismos”.
Con base a lo establecido en tales instrumentos jurídicos, se deberían de analizar los desarrollos inmobiliarios que a partir del 2016 se han autorizado y cómo se han ajustado a los requerimientos ambientales que protegen al arbolado urbano. Asimismo, habría que valorar desde esta misma perspectiva cuál es el beneficio ambiental que se obtiene cuando tales desarrollos inmobiliarios construyen estacionamientos subterráneos hasta de dos niveles en casi la totalidad de su área, ya que con tal determinación se descarta la posibilidad de tener arbolado urbano.
Con base a este balance es que se debería de evaluar lo que se autoriza en la ciudad, articulando estratégicamente las infraestructuras para la movilidad con el tema ambiental, en donde el Plan Municipal de Infraestructura de Verde trascienda al orden de la planeación urbana y de la visión estratégica que se tiene de Mérida como una ciudad sustentable.
En virtud de lo anterior y ante las políticas urbanísticas de la densificación en áreas en donde por temas de optimización de la infraestructura urbana y de rentabilidad del suelo urbano, se están generando edificaciones verticales que también compiten con los grandes proyectos que se generan de manera simultánea en la periferia norte de Mérida, habría que establecer un balance entre los metros de área construida autorizada y el porcentaje de área permeable y potencial para el arbolado urbano en áreas privadas.
Es decir, por cada una de estas inversiones inmobiliarias, ya sean edificaciones verticales dentro de Mérida o grandes extensiones en la periferia, ¿cuántos árboles ganamos? De lo contrario, habría que responder sobre cuál sería el riesgo para los habitantes de Mérida, contar con grandes extensiones urbanizadas, impermeables y sin posibilidad ser arborizadas, pero con mucho espacio para que los autos circulen. Las altas temperaturas y la temporada de huracanes ponen en jaque a la ciudad, entre sus árboles viejos y la periferia que se expande, habría que repensar y reevaluar qué entendemos y qué aspiramos para Mérida, como una ciudad sustentable.
Publicado originalmente en prensa local Por Esto! el 26 de abril de 2019.