Los universitarios de regreso a clases
La inversión pública en infraestructuras para plusvalía inmobiliaria y la movilidad en las comisarías de Mérida
Hay que precisar, que el motivo de la planeación urbana y de las inversiones públicas, no debería ser únicamente para que los desarrolladores puedan edificar, sino, antes que nada, el de resolver los principales problemas sociales de la colectividad, y como consecuencia, se mejoran las condiciones todos. Es por ello, que la prioridad de estos arcos universitarios es pensar en cómo resolver la movilidad sustentable de los estudiantes y poner plazos definidos y con datos precisos. De lo contrario, los planes de movilidad, la donación de bicicletas y la construcción de ciclopistas, quedaran como cuestiones anecdóticas sin trascendencia social.
Desde principios del mes de agosto los universitarios regresan a clases, mientras que los demás estudiantes entrarán de lleno en la última semana del mes. Esto significa que el mes de julio es un respiro para la ciudad de Mérida en términos de movilidad urbana, aunque de manera simultánea nos enfrentamos a los desafíos que la época veraniega representa para demostrar la eficiencia de las infraestructuras viales.
Es por ello, que resulta de vital importancia evaluar constantemente el servicio que ofrecen las infraestructuras viales junto con el del sistema de transporte público, toda vez que cada año se incorporan más autos al parque vehicular, y el flujo entre Mérida y sus comisarías cercanas, precisamente por el movimiento estudiantil, demanda cierto nivel de eficiencia urbana.
En la ciudad de Mérida tenemos dos zonas importantes de flujo estudiantil a las cuales le podemos llamar arco universitario norte y arco universitario sur. En el del norte y en el orden de las manecillas del reloj empezamos con los campus que se localizan en la zona de norponiente, empezando con la comisaría de Dzityá y cruzando la carretera a Progreso continuamos con Xcanatún, Santa María Yaxché, Xcunyá, Dzibilchaltún, Chablekal, Temozón Norte, Santa Gertrudis Copó, Cholul, y hasta llegar a los bordes de Conkal. En el sur encontramos el campus universitario de Xmatkuil.
Todas estas localidades, al menos 11 en la periferia de Mérida, tienen relación directa con centros educativos que, si bien se han enmarcado en los mencionados arcos universitarios, por la predominancia de este nivel formativo, también se encuentran otras instituciones dedicadas a la educación que ofrecen los niveles previos a la universidad, y han encontrado ubicaciones estratégicas en la zona norte, precisamente por el auge inmobiliario de la zona.
En virtud de lo anterior, la planeación urbana de Mérida debería de tener algún sentido de vinculación con las problemáticas viales y de movilidad que se viven día con día con respecto los flujos específicos que los centros educativos demandan consistentemente en estas zonas y para ello sería interesante realizar una evaluación sobre la efectividad del Plan de Manejo de Movilidad Ciclista, de las ciclopistas que se han realizado en estas zonas, así como la de la donación de 50 bicicletas en mayo de 2016 al campus de Ciencias Sociales, Económico-Administrativas y Humanidades de la UADY[1] por el municipio para mejorar la movilidad de los casi 4 mil alumnos[2]. Es decir, después de 3 años, ¿cómo medimos el éxito de tales acciones?
En este sentido, tenemos uno de los grandes desafíos de la movilidad urbana de Mérida, ¿Cómo garantizar la innovación a través de un nuevo sistema movilidad para la población de estudiantes universitarios que se desplazan en la periferia urbana? ¿Cómo vincular los planes de movilidad a la realidad que viven los miles de estudiantes, a los cuales prácticamente se les hace imposible desplazarse en bicicleta y atravesar periférico? Y finalmente, ¿cuánto tiempo se requiere para lograr que las infraestructuras viales estén articuladas al sistema de transporte público e incorporen inteligencia urbana para contar con calles completas que reconozcan los derechos de los peatones y ciclistas, así como los de la accesibilidad universal?
Como consecuencia, la inversión para las infraestructuras de la movilidad en las comisarías de Mérida podría tener un motivo en particular, y este sería para empezar, garantizar la movilidad segura y efectiva de los estudiantes. De tal manera de que sí los estudiantes se pueden trasladar de forma sustentable, innovadora y segura, de manera natural, las condiciones urbanas de la periferia mejorarían y se garantizaría no solo una mejor calidad de vida, sino mantener la plusvalía de las inversiones inmobiliarias que a su vez se verían beneficiadas por las infraestructuras públicas.
Por tanto, hay que precisar, que el motivo de la planeación urbana y de las inversiones públicas, no debería ser únicamente para que los desarrolladores puedan edificar, sino, antes que nada, el de resolver los principales problemas sociales de la colectividad, y como consecuencia, se mejoran las condiciones todos. Es por ello, que la prioridad de estos arcos universitarios es pensar en cómo resolver la movilidad sustentable de los estudiantes y poner plazos definidos y con datos precisos. De lo contrario, los planes de movilidad, la donación de bicicletas y la construcción de ciclopistas, quedaran como cuestiones anecdóticas sin trascendencia social.
[1] http://www.uady.mx/noticia/noticia-uady-1215
[2] http://www.larevista.com.mx/yucatan/el-alcalde-entrega-plan-de-manejo-de-movilidad-ciclista-a-la-uady-1136
Publicado originalmente en prensa local Por Esto! el 5 de agosto de 2019.