Es prioritario que la estrategia en torno a la seguridad vial sea contundente con respecto a los riesgos actuales y previsoria sobre los nuevos escenarios urbanos y de movilidad a los que la ciudad y el estado se están enfrentando. Y esto implica de manera determinante asumir que el tema de la velocidad no es un asunto negociable y más aún cuando la autoridad está permitiendo que las plataformas digitales como es el caso de la de las motocicletas, cumplan un rol y llenen el vacío que el sistema de transporte público urbano, debería de ofrecernos en términos de calidad, seguridad y responsabilidad social.
El pasado 5 de noviembre se anunció que a partir del lunes 11 empezará a operar una nueva plataforma digital de transporte con 400 motocicletas que ofrecerá un servicio más rápido y 50% más barato que el de los automóviles[1]. Asimismo, el 8 de noviembre los diputados del Congreso del Estado realizaron un análisis sobre la iniciativa para formular una Ley de Seguridad Vial y mediante la figura del Parlamento Abierto, se reunieron con diferentes especialistas en la materia, para aportar ideas que enriquezcan el trabajo legislativo.
En este sentido se enfatizó en el hecho de que se requiere fomentar “la educación vial con responsabilidades para los automovilistas y los peatones para que prevalezcan la seguridad y la salud de los yucatecos”, mientras que “Flores Ayora sugirió que se reduzca de 90 a 80 kilómetros por hora el límite en los carriles de alta velocidad, en el Periférico de Mérida y hasta 50 km/h en los de mediana, ya que no hay recursos suficientes para colocar puentes peatonales en toda esta vía”[2].
En virtud de lo anterior, habría que establecer un plan integral en donde se prevalezca la seguridad vial por encima de otros factores, como es el caso de la rapidez. De igual manera sería pertinente de que antes de que empezara a operar dicha aplicación, se compartiera un reporte pormenorizado a la comunidad yucateca sobre la numeralia de los incidentes en la vía pública y su clasificación según el grado de impacto que tuvieron sobre las vidas humanas, así como una auditoría que dé cuenta sobre las causas de tales eventos.
A partir de tal información habría que establecer un plan estratégico que además de priorizar la educación vial desde la formación básica, se realizara una campaña ambiciosa de comunicación que incluyera el mapa de siniestros viales, así como las causas y consecuencias de estos, para que la comunidad tome conciencia de la responsabilidad que tienen los conductores de cualquier medio de transporte, para proteger la vida por encima de cualquier cosa.
De igual manera, habría que definir y endurecer los criterios para que un conductor pueda tener una licencia de manejo, sobre todo los que están al frente del transporte, ya sea a través de los servicios públicos, así como los que se desempeñan mediante las plataformas digitales. Ya que la sociedad yucateca debe de tener la certeza de que existe un control pormenorizado de las competencias, habilidades y perfiles de los conductores que circulan por la ciudad y el estado.
En virtud de lo anterior, y conociendo los serios problemas de movilidad que existen hoy en día, la autoridad debería explicarnos qué va a significar para la seguridad vial que se integren 400 motocicletas al parque vehicular las cuales ofrecerán viajes más rápidos y baratos que los de los automóviles. Es decir, ¿cómo se calcula el riesgo vial con base a los indicadores actuales?
En este sentido, lo importante es que el ciudadano tenga la libertad de escoger entre una gama de servicios, el que más le favorezca de acuerdo con sus necesidades y preferencias. Sin embargo, la prioridad siempre debería ser apostarle a un sistema de transporte público urbano de primera calidad, para que sea igual o mejor de competitivo que las otras opciones de movilidad.
En consecuencia, es prioritario que la estrategia en torno a la seguridad vial sea contundente con respecto a los riesgos actuales y previsoria sobre los nuevos escenarios urbanos y de movilidad a los que la ciudad y el estado se están enfrentando. Y esto implica de manera determinante asumir que el tema de la velocidad no es un asunto negociable y más aún cuando la autoridad está permitiendo que las plataformas digitales como es el caso de la de las motocicletas, cumplan un rol y llenen el vacío que el sistema de transporte público urbano, debería de ofrecernos en términos de calidad, seguridad y responsabilidad social.
[1] https://www.poresto.net/2019/11/05/nuevo-servicio-de-transporte-en-motocicleta-a-partir-del-lunes/
[2] https://www.poresto.net/2019/11/08/insisten-en-reducir-a-80-km-h-velocidad-limite-en-periferico/
Publicado originalmente en prensa local Por Esto! el 11 de noviembre de 2019.