¿Puede haber una política turística sin planeación territorial?

El desafío permanente para un desarrollo urbano equilibrado

Tenemos como ejemplo Cancún y su Riviera Maya, el cual precisamente tienen sus orígenes en la década de 1970, en donde hubo una política turística, sin una política de vivienda. Por lo tanto, el gran desafío es cómo crecer e invertir en lo urbano, sin perder la conciencia de que primero debemos garantizar condiciones de habitabilidad, no solo al interior de las viviendas, sino también en lo urbano. Para lo cual habría que precisar el gran plan territorial para estructurar con visión de largo plazo las cargas y beneficios de tales inversiones. Se requiere de una política de suelo para aterrizar en una política de movilidad, y como consecuencia, en las políticas de vivienda y turística. Y con ello poder reflexionar sobre lo siguiente:

Elaboración propia

La dotación de vivienda y la expansión urbana en México son dos cuestiones que se entrelazan para convertirse en uno de los temas prioritarios de la política pública en materia de planeación territorial, agraria y de desarrollo urbano. El INFONAVIT se creo en 1972 para atender la necesidad de los trabajadores del estado para hacerse de un patrimonio. La vivienda se convirtió en el motor de la economía y en la fuerza del gobierno para dar respuesta a un derecho laboral.

En mayo de 1976 entra en vigor la Ley General de Asentamiento Humanos (LGAH 1976) para establecer el gran paraguas nacional en materia de planeación del territorio, así como para precisar los mecanismos para la elaboración de los Programas de Desarrollo Urbano y con ello, garantizar que cada entidad con sus respectivas localidades pudiera tener los instrumentos idóneos para ordenar el crecimiento de sus asentamientos. En principio, la iniciativa tenía sentido, sin embargo, la política de vivienda traía la fuerza del Estado y las localidades por su parte, carecía en primer lugar de tales instrumentos jurídicos de planeación y regulación del suelo, y además adolecían de los recursos económicos y humanos para operar tales iniciativas.

En Yucatán la Ley de Asentamientos Humanos entró en vigor mediante el Decreto 125 con fecha de publicación del 30 de junio de 1995, dos años después de la importante reforma que se le hizo a la LGAH de 1976, a la cual se le atribuye la permisividad para que tierras ejidales se incorporen a los procesos de urbanización. Sin embargo, la entrada en vigor de estos instrumentos que se realizan por Decreto del Congreso, no garantiza su comprensión y ejecución de inmediato, ni en el corto o largo plazo. Porque finalmente son las instituciones dirigidas y operadas por personas, quienes son las que tienen el poder de realizar los cambios correspondientes.

Política de suelo para aterrizar en una política de movilidad, y como consecuencia, en políticas de vivienda y turística.

En 27 de junio de 2006 se publicó la Ley General de Vivienda y en el año 2010 la CONAVI publicó la Guía de Redensificación Habitacional en la Ciudad Interior. Finalmente, el 28 de noviembre de 2016 entró en vigor la nueva Ley General de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano, la cual está inspirada en los principios del Derecho a la ciudad y contempla tres temas fundamentales: la movilidad urbana, la relación de los espacios públicos con las zonas habitacionales y las estratégicas para el financiamiento urbano.

Sin embargo, los temas de la planificación territorial a través de la movilidad urbana aún están en las mesas de trabajo organizadas por la SEDATU para el “Proceso Nacional de Armonización Normativa en materia de Movilidad” en las cuales tuve la oportunidad de participar el pasado 15 de agosto para la región Península, y se aprovecho el momento para expresar que las estrategias de movilidad urbana deberían ser el gran eje rector para la planificación del territorio y sobre todo para definir una política de vivienda.

El pasado 30 de agosto el titular de la SEDATU, Román Meyer Falcón a través de un artículo en prensa nacional, tuvo a bien manifestar el compromiso institucional y gubernamental por reformular la política de vivienda, asimismo mencionó como parte relevante para la incorporación de suelo apto para el desarrollo urbano el papel que tendrá el Instituto Nacional de Suelo Sustentable (INSUS) [1], el cual sustituyó a la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra (CORETT) el 16 de diciembre de 2016 por decreto presidencial[2].

En virtud de lo anterior, tenemos que el gran desafío de la planeación urbana de México y ni qué decir de nuestra región ha sido cómo articular la política de vivienda con la de movilidad. De los 106 municipios de Yucatán, se puede estimar que cuando mucho el 10% cuentan con un Programa de Desarrollo Urbano y la concentración de inversión inmobiliaria se da en Mérida y su zona metropolitana. Sin embargo, el gobierno estatal ha anunciado “inversiones para Yucatán por 11,164 millones de pesos en proyectos hoteleros, restauranteros y de infraestructura turística que generarán 10,437 empleos directos y 24,843 indirectos, de los cuales el 73% se realizará en el interior del Estado”[3].

Tenemos como ejemplo Cancún y su Riviera Maya, la cual precisamente tienen sus orígenes en la década de 1970, en donde hubo una política turística, sin una política de vivienda. Por lo tanto, el gran desafío es cómo crecer e invertir en lo urbano, sin perder la conciencia de que primero debemos garantizar condiciones de habitabilidad, no solo al interior de las viviendas, sino también en lo urbano. Para lo cual habría que precisar el gran plan territorial para estructurar con visión de largo plazo las cargas y beneficios de tales inversiones. Se requiere de una política de suelo para aterrizar en una política de movilidad, y como consecuencia, en las políticas de vivienda y turística. Y con ello poder reflexionar sobre lo siguiente:

 

[1] http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5488047&fecha=26/06/2017

[2] https://www.gob.mx/insus/que-hacemos

[3] https://www.poresto.net/2019/08/28/fortaleceran-infraestructura-turistica-de-yucatan/

Publicado originalmente en prensa impresa local Por Esto! 2 de septiembre de 2019.